Gracias a Santiago, hoy tengo una visión más completa de lo que significa correr y entrenar para hacerlo bien. Con él he aprendido a comer mejor y a comprender que para obtener resultados diferentes hay que hacer cosas diferentes. Nunca me hubiera imaginado que gracias al él, terminaría y, aún más, me fascinaría correr en la montaña (subiendo, sobretodo) o montando horas de bici en el gimnasio. Su disciplina, constante deseo por aprender y mejorar son el mejor ejemplo que puedo tener como su pupila para esforzarme y dar lo mejor de mí. Si bien uno entrena para uno mismo, el compromiso que se genera con Santiago hace que el “faltar” un entrenamiento sea una decisión que se piensa dos veces, pues como el bien lo dice “lo que no se hace hoy no se reemplaza mañana”.
Puedo decir que en este último año he aprendido a alimentarme mejor y, quizás, sea el mejor año para mí en este aspecto. Además de incrementar en mi dieta las frutas, verduras, cereales y granos, he complementado mi alimentación con productos de Herbalife. Después de un largo entreno, nada que espere con más ansias que un batido de Herbalife Fórmula 1 de Vainilla con banano y moras (mi mezcla favorita); ese batido me deja como nueva. Entendí que uno es lo que come, así que es importante escoger bien lo que le doy a mi cuerpo.
Santiago no es solo un coach, es un consultor integral para un deportista. Tiene más de lo que todo corredor espera recibir. Él, más que preparar un plan de entrenamiento para correr, construye un plan de vida para sus pupilos. Me siento afortunada de ser pupila de Santiago y construir un plan de vida corriendo junto a él.
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