CAMINATA DE REYES
La llamo así simplemente porque la hicimos el 6 de enero, día de Reyes.
El nombre original era: Trail Nevados 2018 de Juntas a Cocora (58km) y faltando un día para salir todo cambió. El grupo de 10 caminantes se redujo a 3 y los 58km a 48km, lo cual para mí fue muy grato pues estaba segura de no poder hacer 58km en un día con semejante subida. Santi y Wilo son atletas consumados, yo soy una ciclista aficionada.
Salimos de Bogotá los 3 en el carro de Santi hacia Ibagué, Wilo tenía la tarjeta de un hotel muy lindo en Juntas, donde nos quedamos esa primera noche. El sábado arrancamos a caminar a las 5:40am después de empacar todas las provisiones de comida y bebida necesarias suministradas por Santi; no hacía mucho frío, lo que hizo muy placentero el comienzo. A las 2 horas tuvimos que cruzar el río por primera vez y hasta ahí duraron los zapatos secos; de ahí en adelante la subida se empina y no afloja hasta la cima.
Es un sitio hermoso, con una vegetación exhuberante, un camino de herradura con mucha roca y piedra suelta, también troncos a manera de escalones en las partes más empinadas. Subiendo yo nunca descansé pues cada vez que me esperaban, tan pronto yo llegaba, seguíamos y un minuto después los perdía de vista. A las 4 horas y media de estar subiendo les dije que yo me devolvía pues mi paso de bajada era tan lento como el de subida y quería llegar de día, Wilo me convenció de subir hasta el alto y lo hice, fue 1 hora más subiendo. Ahí nos tomamos la foto de rigor, ellos siguieron a su paso campeón y yo comencé a bajar a mi paso lento.
La subida fue muy dura pero la bajada fue más difícil por el terreno y porque llovió la mayoría del tiempo, hizo mucho frío y en el barro era muy fácil resbalarse, todos nos caímos varias veces. Cuando nos separamos todavía no estaba lloviendo y ellos comenzaron a bajar corriendo, hasta que la lluvia los frenó; a mí me alcanzaron como a las 4pm y todavía quedaba un buen trayecto por bajar.
Una vez abajo paramos en el primer puestico a tomar agua de panela y más adelante una arepa de choclo buenísima. Al volver al hotel, nos cambiamos, pedimos una comida que resultó deliciosa y salimos a buscar el hotel en Ibagué donde teníamos reservación.
El domingo por la mañana regresamos a Bogotá.
Fue una experiencia dura pero gratificante, la compañía no pudo ser mejor, tanto Santi como Wilo son profesionales en lo que hacen, pero sobre todo, excelentes seres humanos. Yo llegué derrengada de cansancio pero feliz; el dolor de las piernas me duró 3 días y ya estoy lista para la próxima.
Cristina Rodríguez
Enero 15/18